Víctor Orta afronta a partir del 1 de enero, su cuarta ventana de transferencias en el Sevilla FC, con la intención de reforzar, al menos, dos posiciones del equipo.
Llegado hace dos verano, se ha encontrado con una herencia de jugadores veteranos con un alto salario, y la necesidad de reducir masa salarial, a la vez que intentaba que el equipo no bajase su nivel.
Una misión complicada que no ha dado resultado, salvo por la llegada de determinado jugadores como Lukebakio, Nyland, Ejuke o Lokonga.
Donde ha errado por completo es en ataque, ya que pinchó el año anterior con Mariano y Alejo Véliz, y esta campaña lo ha vuelto a hacer con el sustituto de En-Nesyri, Iheanacho.
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Hasta tal punto ha sido grave esta adquisición, que el pasado domingo en el Bernabéu, García Pimienta dio entrada a García Pascual, tercer delantero del filial, que hace unos meses estaba en la liga universitaria de EEUU, en lugar del ariete nigeriano.
Además, no se ha sustituido a Sergio Ramos, Acuña, En-Nesyri y Ocampos, y se quieren deshacer de Barco, por lo que la distancia con el descenso, es un auténtico milagro, del que el entrenador tiene gran parte de «culpa».