El Sevilla FC hizo pasar un buen rato a los aficionados… del Real Madrid. Jugó un partido que despertará la ternura e incluso el halago de algún prócer de la capital del Reino amante del fútbol loco, pero lo cierto es que salió vergonzosamente goleado del Santiago Bernabéu padeciendo todas esas virtudes del enemigo que su entrenador dijo en la víspera que había trabajado para contrarrestarlas. Al Sevilla le metieron un saco de goles, jugando con tres centrales, y la mayor parte de ellos a la contra, ese arma conocida por todos pero evitada por muy pocos.