Tras golear a la Roteña y al Arcos, el Sevilla ofreció su rostro menos agradable ante el San Fernando, recién ascendido a Segunda B. El cuadro de José Miguel González, Míchel, acusó la fatiga acumulada por la alta exigencia de trabajo en las primeras semanas de entrenamientos en un compromiso en el que no fue capaz de ejercer el dominio en la medular. Apenas dos disparos a puerta en 90 minutos fue el balance ofensivo de un bloque que careció de profundidad en la elaboración.