Habla con el corazón, el mismo que destrozó a su familia. Y tiembla. Y suspira. Una y otra vez. Tanto, que se hace muy complicado no emocionarse con su historia, la historia del hermano mayor de una leyenda, Antonio Puerta. Sus ojos, claros y limpios, expresan el dolor. Su voz tenue, el desconsuelo y la pena.