Después de lo ocurrido en la noche de ayer en el encuentro entre el Sevilla y el San Fernando, voy a empezar haciéndome la siguiente pregunta: ¿es compatible estar cabreado como una mona por culpa de la imagen dada por el equipo con ser consciente de que lo de ayer fue un partido de pretemporada que no tiene ni la más mínima trascendencia?