Partido grande con el cuarto puesto en el horizonte. El Sevilla acude con su buena racha liguera (tres victorias y un empate) empañada por el cerco a Del Nido y por la eliminación copera. El Villarreal se sitúa enfrente como el equipo que Emery quiere y no logra tener. Mientras el Submarino camina con paso ejemplar en su regreso a Primera, el Sevilla recompone desde urgencias su organigrama. Si Marcelino es idolatrado, Unai no acaba de asentarse. A la vez que el Villarreal está instalado en puestos europeos, su rival no logra unirse al pelotón de los elegidos y es lo que ansía esta tarde. Si uno sigue firme en Copa, el otro es ridiculizado y ya sólo sueña con Europa.