Sin embargo, uno de los deseos que Míchel formuló, y se ha encargado de recordar cada vez que ha tenido la ocasión, a día de hoy, está lejos de ser atendido. El técnico nervionense anhelaba tener una plantilla corta, de no más de 21 ó 22 futbolistas. Las razones son claras. Con sólo dos competiciones, de las cuales, una de ellas no comienza hasta mediados de diciembre, resulta difícil repartir de forma equitativa los minutos entre todos los jugadores. Algo que puede ser vital para la consecución de los objetivos si se quiere tener enchufados, sino a todos, al menos sí al grueso del plantel.