Javier Tebas no deja a nadie indiferente. Ni con sus respuestas. Ni con sus actos. Está en su despacho, en Madrid, justo antes de empezar una reunión que prevé larga e intensa. Habla con ABC al otro lado del hilo telefónico de la decisión de denunciar al Sevilla por insultos en el partido ante el Málaga.