A la vez que exterioriza su excelente estado de ánimo, tampoco esconde la mesura que la experiencia le ha dado para, como se suele decir de manera coloquial y extraída precisamente del fútbol, «echarla al suelo». Unai Emery, elegido precisamente quinto mejor entrenador del mundo en 2014 por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol), trata de reconducir ese estado de euforia general para convertirlo en energía competitiva en el siguiente reto, en este caso el duelo de hoy ante el Espanyol.