Dos goles, el postrero de Iago Aspas al Espanyol y el del malaguista Samu Castillejo al Valencia el pasado lunes, han fabricado un mullido colchón para que el Sevilla visite relajado, sin presión ni sofocos, al dentista, como gusta calificar a Caparrós esos partidos que los equipos terrenales acometen cada temporada con los colosos del fútbol español. Los sevillistas serán cuartos pase lo que pase esta noche en el coliseo madridista. Y eso alivia mucho cuando se trata de saltar al matadero. No es lo mismo acudir allí necesitado de puntos que hacerlo sabiendo que lo tienes todo por ganar.