Que en una plantilla con mayoría abrumadora de extranjeros haya hasta dos futbolistas en la mente del seleccionador nacional no es nada fácil. El paso ayer por Sevilla, y por Nervión, de Vicente del Bosque sirvió para comprobar la imagen que desde fuera reina sobre el trabajo que se hace en el club y en el vestuario que dirige Unai Emery. La sensacional temporada completada la pasada campaña, con un título europeo como estandarte, y el excelente rendimiento en el presente curso codeándose con rivales de mayor presupuesto hacen que todo el fútbol nacional valore lo que hay en el Sánchez-Pizjuán.