Habrá que ver la respuesta sin las bajas con las que se presenta Villas-Boas en el Sánchez-Pizjuán, sin la mágica conducción del portugués Danny y la descomunal potencia de Hulk, entre otras cuestiones importantes, pero, sea como fuere, el Zenit es un equipo cuajado de estrellas, un vestuario confeccionado a base de millones y millones de euros que convierten al campeón y líder destacado de la liga rusa en un temido adversario y capaz de discutir con el Sevilla por el papel de favorito en la eliminatoria.