En los 80 tenía mi carnet del Sevilla en la grada baja de fondo. La mujer aún no estaba incorporada al mundo del fútbol, era raro ver a señoras, aún menos señoritas en las gradas. Mi familia (por entonces al fútbol se iba en familia) tenía como vecina de grada a una mujer mayor que iba sóla al fútbol, la llamaban “la negrilla” por el riguroso luto que vestía, año tras otro llevaba un solemne luto, casi intimidante.