Memorable el partido que ayer se marca Aleix Vidal, pletórico de fuerza, resistencia, llegada. Como enorme el de Tremoulinas por el otro costado. Para llegar hasta la línea de fondo o hasta zona de remate desde atrás, para sorprender como lo hicieron esos dos puñales, fue primordial la sincronización, calidad y astucia de los Banega, Reyes, Vitolo o Bacca para atraer piezas moradas hacia dentro y abrir los pasillos. Y también para asestar el golpe definitivo: una vez abierta la zanga en un costado, volcar la jugada hacia el otro con rapidez y precisión, como ocurrió en los goles. Fueron tantos preñados de colectividad, de trabajo en equipo. Reyes a Vitolo, Vitolo a Bacca, Bacca agradece la maniobra de distracción de Banega y retrasa a Aleix Vidal. De izquierda a derecha. Gol.