No se había llegado a la segunda quincena de julio cuando el Sevilla cerró virtualmente su plantilla. Los deberes hechos con un largo trecho aun por recorrer, listo y engrasado para que llegue la fecha clave, ese 11-A que irradia ilusión y sabe a mar, aunque en Tibilisi (Georgia, que vaya tela con el asunto del marketing lo lejos que ha puesto la UEFA el compromiso de la Supercopa…) todo es montaña.