Ciro Immobile (Torre Annunziata, Nápoles, Italia, 25 años) aparece en chanclas después de pasar por la camilla de los fisio. “Madonna che caldo”, dice. Es casi la una de la tarde de finales de julio y el sol de Sevilla derrite las piedras. Mientras posa para las fotos, el delantero italiano cuenta que nada más llegar a Sevilla le llamó Enzo Maresca. Ha heredado su casa y espera heredar también el cariño que le tenía la afición.