El sueño de Ramón Sánchez-Pizjuán en hormigón y cemento, el Nuevo Nervión, sustituto del Viejo, aquel campo cuyas costuras rompió muy pronto la creciente afición sevillista, fue proyectado por el arquitecto Manuel Muñoz Monasterio, el mismo del estadio Santiago Bernabéu. Levantado sobre terrenos en propiedad, fue inaugurado, aún sin terminar en la gradas altas de preferencia y de los goles norte y sur, el 7 de septiembre de 1958 con un amistoso entre el Sevilla y el Real Jaén que acabó con empate a tres.