Hace tres años, en el inicio de la planificación de una nueva temporada, se sentaban en la sala de prensa del Ramón Sánchez Pizjuán el por entonces presidente, José Maria del Nido, y el director deportivo, Monchi. El equipo había quedado noveno por segundo año consecutivo. El proyecto deportivo hacia aguas. Había que dar un giro de tuerca y regresar a los orígenes de un equipo que obtuvo sus mayores éxitos desde la osadía.