Lo malo no es el partido de mañana ante el Levante, lo verdaderamente complicado es lo que el Sevilla se juega en un cargado y durísimo mes de septiembre, en el que, para empezar, tiene el martes probablemente uno de los dos partidos cruciales en el exigente grupo que el sorteo le deparó en la Liga de Campeones. La nueva lesión que el Sevilla confirmó ayer con la rotura en el adductor izquierdo que sufrió en un entrenamiento el francés Adil Rami se convierte en un problema gordo en las cuentas que debe hacer Emery para reclutar un once de garantías.