Krychowiak, Iborra y Krohn-Dehli son buenos centrocampistas para acompañar, pero ninguno de los tres está capacitado para llevar el peso del juego. No tienen esas cualidades. El Sevilla echó muchísimo de menos a Banega y Emery no corrigió su ausencia en ningún momento. Los precipitados cambios de N’Zonzi y Mariano, pensados con el 1-0 y ejecutados con el 2-0 calentito, terminaron de lastrar a un equipo que sólo inquietó al Villarreal por fuera, con Gameiro y Coke por la derecha en la primera parte y con Konoplyanka en el corajudo arreón final. Pero la falta de un manijero no fue todo.