Se puede ganar, empatar y perder, pero no caer derrotado de la forma en que lo hizo el Sevilla el pasado sábado ante el Villarreal, dando una pobre imagen y, sobre todo, constatando un hecho: éste no es ese Sevilla que todo el mundo esperaba ver entrados ya en el mes de noviembre. La decepción fue tal que incluso mostró en sala de prensa a un Unai Emery especialmente afectado.
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