Catorce puntos en nueve jornadas y séptimo en la tabla. Ni más ni menos. Ése es el balance que ofrece el Sevilla de Míchel, independientemente de unas sensaciones tan contradictorias como cambiantes de una semana a otra, de jugar en el Sánchez-Pizjuán al abrigo de su público a hacerlo lejos de Nervión.