«En Brasil dicen que el futbolista no puede beber, pero cuando llegué a Sevilla, había vino hasta el día del partido. Por supuesto que no podía tomar una copa pero había cerveza también, cuando jugábamos fuera de casa, una o dos. Es mi pensamiento, el profesional debe tener esa personalidad y ese control. Sabemos que no podemos beber todos los días, porque saldremos perjudicados. Ahora, el fin de semana, con la familia, si puedes tomarte un vino, pero sin exagerar»