Sólo cinco de los jugadores que hoy siguen siendo sevillistas jugaron en algún momento de las finales de Turín y Varsovia, y sólo uno completó los 210 minutos de juego. Se trata de Daniel Carriço, que en el Juventus Stadium jugó como mediocentro junto a M’Bia y en el Nadorowy Stadium lo hizo como central al lado de Kolodziejczak.