La regulación de la temperatura corporal para un futbolista es uno de los mecanismos más importantes de cara a su rendimiento. Lógicamente, ésta, o el modo de elevarla mediante el aumento de la producción metabólica a través de la carrera, está muy condicionada por la temperatura exterior. Luego, hay otras fuentes de calor, por llamarlo de alguna manera, que no tienen mucho que ver con los niveles físicos y que sí están conectadas con la mayor o menos flema interior: la capacidad de reaccionar, de tener mayor o menor amor propio o, si se quiere, acciones que tienen que ver con la personalidad… Se habla de jugadores de sangre fría o jugadores de sangre caliente. Independientemente de donde hayan nacido, esto viene a ser más o menos así, aunque luego caigamos en el estereotipo de las nacionalidades.