Es muy complicado mantener alta la guardia competitiva cuando hay tantos frentes abiertos. El Sevilla no ha tenido ni una semana limpia desde que comenzó el año 2016. Anoche jugó su decimoctavo encuentro en el periodo que va del 3 de enero al 3 de marzo, dos meses justos. Y de algún modo se tenía que notar el tremendo esfuerzo del equipo en el Camp Nou. Ante el Barcelona, gustó a propios y extraños el equipo de Unai Emery. Se lució en el mejor escenario posible, pero se vino de vacío… y con las piernas cargadas. Éste era el peligro del partido ante el Eibar, que además jugó en la jornada anterior el viernes y tuvo dos días más de descanso.