El director deportivo llegó en el año 2008 tras trabajar durante tres años en la FIFA. Es el otro Monchi, un hombre capaz de ayudar al club a ganar casi 70 millones de euros por un grupo de jugadores que costó cinco. En apenas cinco años ha sido pieza clave para comprar a jugadores como Inkoom, Dragovic, Salah o Schar y darle la confianza necesaria a canteranos como Shaquiri o Xhaka. A todos los terminó vendiendo con una idea clara y que recuerda los caminos que se han cogido en Nervión: comprar barato y vender caro.