Por diferentes razones, el Sevilla ha pasado de dar una excelente imagen -fruto del juego que le permitió derrotar al Real Madrid y estar a punto de hacer lo propio con el Barcelona- a meterse en un callejón del que sólo se sale ganando. Y a poder ser, convenciendo. Una victoria en las cinco últimas jornadas obligan al equipo de Míchel a dar lo mejor de sí para poner freno a esta sangría.