Es el caso, por ejemplo, de Yevhen Konoplyanka, quien se topó con los galones del utrerano cuando aterrizó en la capital hispalense. Como en el Dnipro, lo lleva en la espalda durante la Eurocopa. Si continúa -está por ver si encaja en la idea de juego de Sampaoli-, el ucraniano podría volver a intentarlo. Sería, eso sí, con el permiso de un Grzegorz Krychowiak que también ha escogido el ’10’ para el torneo continental y que podría desear mantenerlo en el Sevilla.