Sólo había que ver la celebración del tercer gol para ver lo importante que era para Babá su primer gol oficial en lo que va de temporada, tras nueve partidos disputados. El delantero senegalés, que ciertamente consiguió el año pasado un buen promedio de goles por minutos jugados (escasos, por otra parte), conseguía perforar las redes rivales con un buen recurso en semivolea. La rabia, mezclada con el alivio y la alegría, se reflejaban en el rostro del ariete sevillista, tras anotar un gol que, a priori, debe otorgarle la confianza necesaria para afrontar los partidos que le quedan como titular hasta la vuelta de Álvaro Negredo.