El día que Aitor vio a Boca (3-4)

El espectáculo fue digno del acontecimiento. Y lo fue en la grada, con media entrada animosa en el Sánchez-Pizjuán y en el césped. Da gusto ver jugar a este Sevilla que continúa creciendo de la mano de Jorge Sampaoli. Juegue quien juegue, estén los internacionales o no, con o sin Nasri, el Sevilla siempre es fiel a la consigna de tener en el balón el mejor amigo. El juego combinativo como seña de identidad grabada a fuego. Y da igual que esté enfrente el Barcelona o el Boca Juniors.

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