Con tres centrales y dos carrileros o con una defensa de cuatro con laterales que también son largos; con un solo medio centro, con dos o hasta con tres (como en Turín, donde Kranevitter e Iborra acompañaron a N’Zonzi); sin delantero con Vitolo como única referencia (como en Lyon y también en la visita a la Juventus con Mudo Vázquez), con un delantero (generalmente Vietto) o con dos (en algún partido en casa con el argentino secundado por Ben Yedder)… El Sevilla de Sampaoli se está armando en torno a una riqueza en cuanto a esquemas de juego que desde el partido ante el Valencia ha roto en un 4-4-2 que en cualquier momento puede quedar guardado en el cajón para otra ocasión y adoptar otra disposición de piezas, ya sea utilizada con anterioridad o no.
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