El preparador sevillista tiene contrato con el Sevilla hasta junio de 2018 y, como todos los empleados del club, tiene una cláusula de rescisión unilateral de su contrato. Esta varía en función de cuando se llevase a cabo la intención de ejercerla. Cuando es «más barato» ficharle es en el mes de junio, recién terminada la temporada, en el que la cláusula rondaría los dos millones de euros, el mismo montante que utilizó Unai Emery para marcharse al París Saint Germain el pasado verano. Después crece un poco más en julio, y más aun en agosto. Todo esto está pensando y equilibrado según el perjuicio deportivo que se le hace a la entidad según la fecha que se escoja para una hipotética marcha.