Ninguno de los jugadores que estaban a una amarilla de la suspensión vio una nueva cartulina. Y no fue casualidad. Desde la caseta hubo una consigna clara. «Cuidado con las tarjetas, ¿eh?». Esa frase, dicha entre los futbolistas sevillistas y escuchada hasta por las cámaras antes del inicio del partido, en el túnel de vestuarios, ilustra como pocas cómo se afrontaba el partido.
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