No es un futbolista que lo haya tenido fácil a lo largo de su carrera. Si por algo se ha caracterizado la vida futbolística de este portero, ha sido por ir superando obstáculos, por muy complicado que fuera. Y el año 2012 para Andrés Palop sólo ha sido un ejemplo más. Un año que comenzó como suplente de Javi Varas. Sin embargo, tras la destitución de Marcelino y nada más aterrizar Míchel, aprovechó un resfriado del arquero de Pino Montano para agarrar un puesto de titular que no soltó hasta final de temporada, salvo en dos encuentros. En total fueron 15 los partidos que jugó en la parte final de la campaña, aunque no le sirvió para impedir que el club le abriera la puerta de salida en verano.