José María del Nido Carrasco, junior, vicepresidente primero del Sevilla y miembro del Comité Ejecutivo de la entidad, conseguía convencer a Vitolo (amigo personal del hijo del ex presidente) para que se quedará. Y lo mismo hizo con Margarita Garay, cabeza visible de Bahía, la empresa que representa al jugador, que se encontraba en Sevilla por otro asunto profesional. El Sevilla, a través de Del Nido junior, propuso a Vitolo una oferta que le colocaría entre los mejor pagados del plantel: 15 millones de euros netos en 5 años. Por supuesto, a cambio de una cláusula anti-fuga de 50. Miguel Ángel Gil Marín, el consejero delegado, tras recoger el guante que recibió en la cara de José Castro, envió un órdago o un misil en la línea de flotación sevillista. Tranquilizó al entrenador argentino y le dijo que llamara a Vitolo, que mientras llamaría a Margarita Garay, la ‘jefa’ de Bahía. “Si el Sevilla le paga 15 millones netos a Vitolo, nosotros le vamos a pagar 30. Díselo”.
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