Los tiempos no son eternos. Y si Navas, que se pone en forma muy fácil, quiere estar listo para competir ni más ni menos que en la fase previa de la Champions, a mediados de agosto, tiene que ponerse a entrenar con el grupo ya, no con un preparador físico y cuatro amigos. Por eso, y tras las últimas conversaciones a regañadientes con Bahía, el acercamiento es evidente y se debe plasmar todo en un contrato de tres años de duración (quizá un cuarto opcional) en las próximas horas, para cuando el grupo, que acaba de regresar a Sevilla de su stage en Japón, vuelva a los entrenamientos el martes.
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