Nostalgia a borbotones con motivo de los reencuentros más inesperados que provoca el fútbol. Nostalgia de profundas raíces y de reciente floración. Melancolía incluso en el recuerdo de Antonio Puerta y alegría por el regreso del que fuera su compañero de crecimiento y gloria, Jesús Navas. De trasfondo quedan imágenes como los inolvidables abrazos que ambos se pegaron la noche del 27 de abril de 2006, tras aquella jugada inscrita en platino en la historia del club, y del 16 de mayo de 2007, rojo pasional en Glasgow, que el propio palaciego recordó el pasado 1 de agosto tras firmar de nuevo por el Sevilla. Y como testigos de excepción de tal cascada de emociones íntimas, Monchi y Sampaoli, cada uno con su carga sentimental a cuestas en consonancia con lo que han vivido en Nervión, más uno que otro, obviamente.
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