El guipuzcoano Unai Emery, ahora felizmente al cargo del Sevilla, quiso iniciar su laureada carrera como entrenador en el Granada. Así, como suena. Y todo sin importarle que en aquel curso 2004/05 en el que brindó sus servicios el equipo rojiblanco se encontrase deprimido en el grupo noveno de la Tercera división. Sin embargo, las especiales circunstancias que concurrían por aquellas en la formación nazarí -más preocupada de su propia supervivencia que de intentar con garantías el ascenso a la Segunda división B- desencadenaron que nunca tuviera lugar su contratación.