El Sevilla de finales del siglo XX seguía deambulando por la Liga con mucha más pena que gloria, como en anteriores decenios. Muy atrás quedaba la época gloriosa agotada en los 60. Sin embargo, aquel Sevilla de finales de los 80 y principio de los 90, presidido por Luis Cuervas, se permitió el lujo de fichar a uno de los mejores porteros del mundo, Rinat Dassaev, y, sobre todo, a uno de los mejores futbolistas de la historia: Diego Armando Maradona.
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