Héroes efímeros y héroes eternos: Sus ex compañeros no le perdonan que ni volviera a recoger sus botas

Dicen que sus ex compañeros no le perdonan que ni volviera por Nervión a recoger sus botas. Lo suyo fue una espantada en toda regla, con la alevosía de quedar en el parking de un hotel para que la luz del día no delatara su huida. Volvía al lugar del crimen, al estadio en el que esperaban, compuestos y sin novio, que pusiera por escrito lo prometido digitalmente, dedito sobre dedito en el teclado de su teléfono móvil (smartphone se llama ahora), el mismo con el que había apalabrado, vía oral, la renovación de su contrato. Y su vuelta tuvo la literatura mínima que se despacha con los traidores. Poca sangre hubo para los tiempos que corren. Una pintada en el autobús de Las Palmas rápidamente borrada, muchos pitos, algún insulto subido de tono desde Gol Norte, siempre desde Gol Norte… Pelillerías en estos tiempos de cobarde anonimato digital y nula formación.

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