Que el Sevilla atesora más puntos de lo que su juego refleja es innegable. Pero también lo es que acaba los partidos mejor que su rival y que al final se sale con la suya. A su ritmo pausado, parsimonioso, le va dando una mayor cadencia cuando al enemigo le van fallando las fuerzas y se le hacen las piernas pesadas. Berizzo dijo en la rueda de prensa previa que su Sevilla no puede jugar con el dinamismo de su Celta, que los jugadores son otros y que el juego es más elaborado. Pero la elaboración requiere tener la pelota y con el equipo inicial que dispuso, recuperarla, y más aún cerca del área grancanaria, era harto complicado. El dúo que formaron Ganso y Krohn-Dehli se llevó toda la noche persiguiendo a alguno de amarillo, tampoco el liviano Jesús Navas y los indolentes Correa y Ben Yedder dificultaron la salida del balón de los canarios y ya se sabe que si a Las Palmas no le hostiga, no se le propone un juego intenso y áspero, impone su son aplatanado.
Ver Noticia[ad id=»88331″]