En una década, el club ha sabido cambiar el patrón futbolístico de aquel equipo de Juande que jugaba como los ángeles, por otro -también de éxito- muy distinto y que ha venido para quedarse. Cumpla su contrato el entrenador o no, Monchi sabe lo que quiere, lo que busca, y no todos no pasan el control de calidad. El filtro añadido es la velocidad, un valor esencial en el fútbol moderno.