Cada día el presidente del Sevilla puede recibir cientos de mensajes a su teléfono móvil, la mayoría de ellos, relacionados con su labor en la entidad. Ayer, sin embargo, brilló uno ante todos… «Hola, me llamo Estrella. Tengo nueve años. No le diga a mi padre que le he escrito. Sólo quería decirle que vivo en un estado de felicidad permanente», leyó el presidente en su teléfono.