— El 18 se verá las caras contra el equipo de su alma.
— ¡Es verdad! Es mi equipo. El que esté donde esté siempre sentiré como algo mío. Yo soy sevillista. Claro. Eso no se pierde nunca. Los sentimientos no se pueden comprar. Piense que yo empecé a ir al Sevilla siendo un niño. Yo he visto como mi padre y mi hermano, que son béticos, defendían a muerte al Sevilla porque saben lo que yo he sentido. Antes me estaban preguntando los chicos cómo era el Sevilla…