Como un estudiante aplicado, Ibrahim Amadou, centrocampista del Sevilla, acepta el reto de realizar la entrevista en castellano. Le gusta hablar de fútbol, de las posiciones en el campo y los movimientos que le piden sus entrenadores. Con el primero de ellos, Pablo Machín, cayó en desgracia. No entraba en sus planes pese a necesitar un medio de corte físico. Con Caparrós ha cambiado la película. Titularidad y victoria. Y es que, como bien dice: «Él me fichó».