Sin entrar a discutir la elección de los titulares (que se podría perfectamente), Sampaoli cometió errores graves de planteamiento de base o de concepto que no sólo tuvieron como consecuencia los goles y la superioridad abrumadora del Madrid, sino que lo obligaron a gastar dos cambios para corregirlos y un tercero para introducir un delantero… ya en el minuto 82, aunque esto último fue una apuesta personal.
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