Análisis Táctico: Una entusiasta mimetización

En el fútbol muchos entrenadores defienden de puertas hacia fuera que no cambian su estilo por las características del rival, pero todos, absolutamente todos, lo hacen. Malos entrenadores serían si no lo hicieran. Hasta Luis Enrique llegó a Nervión con el líder y sacó a Mathieu por Mascherano para contrarrestar el juego de Iborra en el área. El Sevilla de Emery es el mejor ejemplo de este mandamiento no desligable al fútbol. Si ante el Rayo jugó a atraerlo y buscarle las cosquillas atrás, a Ipurúa fue a mimetizarse con el rival, prepararse para su fútbol y reforzar aquello en lo que el Eibar podía hacerle daño. Sin embargo, el verdadero mérito del entrenador vasco es hacérselo creer a sus futbolistas, convencerlos de que ayer era lo mejor y conseguir que lo hicieran de manera entusiasta.

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