A octavos. Y como más gusta. Con buen juego, con sufrimiento (cuando el Sevilla se quedó con uno menos tras la expulsión del Mudo Vázquez), con la lucha constante, con goles marcados (dos hoy y uno en Italia), sin goles recibidos y contra un equipo al que el Sevilla empequeñeció y que busca en su liga el pase a la Champions League. El Sevilla se repuso del golpe en Villarreal y lo tuvo que hacer en su competición, la Europa League. Ya lo dijo Pablo Machín cuando certificó que su equipo está más hecho para atacar. Cuando lo hace, el Sevilla se oxigena y el rival, desarbolado por todos lados, termina sufriendo. Eso fue lo que le pasó a la Lazio, que perdonó un error de Mercado dentro del área para igualar la eliminatoria, y se puso a merced del de casi siempre, de Ben Yedder.