Tras una ocasión de Callieri que aborta Sergi Gómez al borde del área y en la que el espanyolista es derribado. El árbitro Cordero Vega, que en un principio dejó que el juego continuase, ha detenido el juego tras ser solicitado por la sala del VAR para revisar la jugada. Según el protocolo, la acción puede ser objeto de revisión si tiene que aclarar si ha sido penalti o si se considera que la acción es objeto de tarjeta roja. Pero en lugar de señalar alguna de esos supuestos, el colegiado ha señalado falta y ha sacado una tarjeta amarilla al defensa sevillista.
“Las Reglas de Juego continúan estableciendo como principio básico que el VAR sólo puede intervenir en caso que el árbitro cometa un error claro, obvio y manifiesto en una situación decisiva del partido (goles, tarjetas rojas directas, penaltis y confusión de identidad). Se recuerda que el VAR nunca puede recomendar una revisión en jugadas “grises” o discutibles, ni buscar la mejor decisión de cada incidente”, es el párrafo con el que comienza el apartado. Tan evidente es que se trata de una jugada gris, que Cordero Vega es llamado por González González para revisar una posible roja y el árbitro no la ve conveniente.